La fructosa es el compuesto responsable de brindarles su sabor dulce tan característicos. Cuáles son sus características y qué impacto tienen en la alimentación. Romina Pereiro, licenciada en nutrición MN 7722, plantea y explica por qué es un grave error desalentar el consumo de frutas.

¿Las frutas tienen mucha azúcar? Este es un mito muy frecuente que se amplifica hoy en redes sociales. Lo que sucede es que las frutas contienen un tipo de carbohidrato específico que se llama fructosa, que es el compuesto responsable de darle ese sabor dulce tan característico.

Para entender cómo el cuerpo procesa la fructosa, debemos saber que este hidrato de carbono llega al intestino, es absorbido y desde ahí, viaja al hígado donde es transformado en glucosa, para que podamos utilizarlo como energía.

Entonces, ¿por qué dicen que es malo su consumo? Quizás se explica por quienes pueden entender que su efecto es igual al del azúcar refinada añadida a los alimentos, pero en realidad no es así. En el caso del azúcar, la Organización Mundial de la Salud (OMS) recomienda limitar a menos de un 5% del total de la ingesta calórica. La razón: se la vincula con enfermedades crónicas no transmisibles como la diabetes, el sobrepeso y la obesidad.

En cambio, las frutas contienen bajas cantidades de fructosa y, además, aportan otros nutrientes, que son muy importantes, como vitaminas, minerales, agua, antioxidantes y fibra, que ejercen muchos beneficios para la salud en general y además nos brindan mucha saciedad.

Entonces, no es lo mismo el azúcar que puede tener una galletita o cualquier snack procesado, que la que contiene una fruta, que siempre va a ser beneficiosa. Además, cuando, en una merienda incluimos frutas seguramente vamos a comer menos de cualquier otro tipo de alimento industrializado.

¿Cuántas frutas podemos comer al día? Las guías de la OMS recomiendan el consumo diario de cinco porciones, entre frutas y verduras, y, si es posible, de diferentes colores.

Se recomienda siempre que se utilice frutas frescas y se corten y pelen en el momento de la preparación, no mucho tiempo antes. Y si se elige alguna fruta de lata hay que descartar el almíbar para que no quede con alto contenido de azúcar. Priorizar consumirlas enteras y no en jugo, porque ahí sí se está concentrando el azúcar y desaprovechando la fibra y otros nutrientes.

Por lo tanto, es un grave error desalentar el consumo de frutas ya que siempre son beneficiosas.

¿Cuáles son los diferentes tipos de carbohidratos?

Para repasar estos conceptos, la Biblioteca Nacional de Medicina de los Estados Unidos, detalla las diferencias entre los tres tipos principales de carbohidratos:

  • Azúcares. También se les llama carbohidratos simples porque se encuentran en la forma más básica. Se pueden agregar a los alimentos, como el azúcar en los dulces, postres, alimentos procesados y refrescos regulares. También incluyen los tipos de azúcar que se encuentran naturalmente en frutas, verduras y leche.
  • Son carbohidratos complejos, que están hechos de muchos azúcares simples unidos. El cuerpo humano necesita descomponer los almidones en azúcares para usarlos como energía. Los almidones incluyen pan, cereal y pasta. También incluyen ciertas verduras, como papas, guisantes y maíz.
  • También es un carbohidrato complejo. Nuestro organismo no puede descomponer la mayoría de las fibras, por lo que consumir alimentos con fibra puede darnos saciedad y hacer que sea menos probable el comer en exceso.

(Infobae)

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