Es difícil ser morador de Belén de Escobar y no haberlo conocido. Con 42 años, Pedro había tenido una vida intensa, tal vez demasiado intensa. Había perdido a sus padres Rodolfo (conocido por su apodo de «El loco», un fierrero con un talento innato para la mecánica de cualquier tipo) y Mónica Magnarelli.

Estudió en la Media 3, fue concurrente del Club Independiente, dió clases de softbol en el polideportivo, tuvo algunas incursiones en la TV local y en los últimos tiempos participaba activamente de la Cámpora y trabajaba en la Municipalidad de Escobar.

Fue embestido por una camioneta (foto) cuando intentaba cruzar la Panamericana, a la altura del Puente Septiembre, cerca de la medianoche del martes 21. La violencia del impacto fue tal que su cuerpo quedó seccionado en dos partes, falleciendo en el acto.

Su cuerpo fue trasladado a la morgue de Campana y recibiría sepultura en el transcurso del jueves.

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