Por Carlos H. Maipah.

La ola de protestas generada ante el avance en la decisión de construir una alcaldía en las inmediaciones del cementerio de Escobar me recuerda a las situaciones que genera la elección de las paradas de colectivos o la habilitación de salas velatorias en las ciudades…

Todos quieren que el colectivo les pase por la esquina de su casa, para que les quede a mano, pero ninguno quiere que pase por la puerta y mucho menos aún que la parada esté frente a su casa. Y es comprensible. Desde la fumata y el ruido extra (escapes, golpeteo de válvulas, chirrido de frenos) hasta la presencia constante de gente parada, son motivos valederos para oponerse, pero para tener «el colectivo en la esquina» siempre va a ser necesario que pase por la puerta propia o la de otro que, también, lo quiere cerca pero no en su puerta.

En tiempos del culto a la muerte y sus rituales de desgarradores alaridos, todos entendían la necesidad de la sala velatoria… pero lejos de su barrio. Sucedió con las terminales de ómnibus, los frigoríficos y hasta con las paradas de taxis o remiserías.

Los escobarenses, con justo derecho, reclaman en juzgados y tribunales argumentando que el porcentaje mayor de causas del Departamento Judicial de Zárate-Campana son de moradores del Partido de Escobar, pero una vez más se repite la historia: no la quieren en su ciudad sino en otra localidad.

Mal que nos pese, debemos entender que hasta llegar una sentencia «firme» que los deposite en algunos de los penales a purgar su condena, los detenidos deben estar en algún lugar… e inevitablemente va a estar «cerca» de la casa de alguien.

Por el momento están en los calabozos de las comisarías, insuficientes para la necesidad actual, de muy baja seguridad y… también «cerca» de la casa de alguien. Con los familiares yendo y viniendo o acampando cerca para llevar sus comidas y aguardar el horario de visitas.

La pésima comunicación del proyecto y el aprovechamiento que hicieron algunos políticos buscando sumar a sus urnas el voto de los enojados, llevó a los vecinos a imaginarse a Robledo Puch o a la Banda de Los Horneros hospedados en Escobar… y a los secuaces del Chapo Guzmán cavando túneles que depositaría a los fugitivos asomando sus cabezas en el living o dormitorio de sus hogares.

Vecinos… en coincidencia con ustedes no quisiera tener una cárcel junto a mi casa, pero entiendo que en algún lugar deberá estar… y que es preferible a que exista (y bien espaciosa), para evitar que a falta de lugares donde detenerlos sigan siendo liberados durante el proceso y regresen a sus domicilios que «también» quedan «cerca» de la casa de alguien y así poder seguir estando «cerca» de la casa de todas sus potenciales víctimas.

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1 Comment

  1. Muy razonable comentario, mal ma nejo de la informacion de la iniciativa, además de sorpresivo.
    A saber, Es necesario que el Municipo cargue con la obra??

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