Una vez más el concejal Castagnaro demuestra que su prioridad y única preocupación es mantenerse en su mísero espacio de poder que inexplicablemente consiguió por causa de algunos involuntarios errores del sistema democrático.
Deseoso de mantenerse «disponible» para cualquier partido político, en un momento en que la gente necesita definiciones, opta por solicitar que el proyecto de ordenanza sobre la rezonificación de la Ruta 26 permanezca en comisión con un único propósito: lavarse las manos en una definición so pretexto de analizar mejor la problemática del asunto y así quedar bien con Dios y con el Diablo.

La tibieza en política debería ser considerada dolosa pero la ley la permite. Por tanto no es ilegal especular aguardando el momento propicio para ubicarse donde más le convenga y así poder seguir recibiendo su subsidio mensual disfrazado de dieta.
Es hora de quitar la máscara de estos oportunistas y en los próximos comicios usar el voto para algo positivo: sacar del juego a quienes ya demostraron no estar a la altura que las circunstancias exigen.
La rezonificación de la Ruta 26 no es un tema menor. Por el contrario, la decisión impactará en el corto, mediano y largo plazo y los vecinos votaron a sus ediles para que adopten decisiones que defiendan sus intereses. En pocas horas el HCD votará y Castagnaro quedará habilitado para en las próximas elecciones decirle a cada ciudadano lo que le resulte más conveniente a él.
Espero que recapacite y defina su posición recordándole que la mayoría de las veces quien quiere quedar bien con Dios y con el Diablo queda mal con los dos… mal con ellos y peor aún con los vecinos que le prestaron su voto con la esperanza de ser representados a la hora de la toma de decisiones.
Por Carlos H. Maipah.