Giovani, conversando con su enamorada, dijo: Sueño en ser grande en todo. Deseo acumular muchos bienes, ser famoso, destacarme entre otros”.
La enamorada, mucho más determinada a ser una fiel cristiana, sugirió: «Solo hay una manera de que puedas realizar tu sueño y ser feliz: colocando tu vida debajo de la voluntad de Dios».
El mayor complejo de grandeza que debemos tener es «ser muy pequeños en la presencia de Jesús». Así seremos exaltados, aplaudidos, reconocidos como siervos fieles y una bendición para todos los que nos conocen. Dios se alegrará con nuestras vidas. Nuestros parientes serán influenciados y crecerán ante el Señor.
Nuestros hermanos de la iglesia procurarán
imitarnos y los valles oscuros de la vida serán iluminados al pasar nosotros
por ellos. Ser grande es dejar al Señor ser grande en nosotros. Ser
exaltado es permitir que el Señor sea exaltado en nuestras actitudes. Ser
aplaudido es unirse a los demás aplaudiendo a nuestro Salvador.
¿Quieres ser grande? Sea el más pequeño y será una gran bendición.

Desde la ciudad de Campana (Buenos Aires), recibe un abrazo, y mi deseo que
Dios te bendiga, te sonría y permita que prosperes en todo, y derrame sobre ti
Salud, Paz, Amor, y mucha Prosperidad.
Claudio Valerio