Probióticos, según la definición de la OMS, son organismos vivos que producen beneficios para el huésped cuando se los administra en cantidades adecuadas. El intestino humano es el mayor reservorio natural de gérmenes del organismo, y contiene 150 veces el contenido genético del organismo.

Se definen como organismos, que si son ingeridos en cantidad adecuada producen beneficios en la salud del huésped y colaboran en el adecuado balance de todas las bacterias intestinales, necesario para que puedan ejercer su efecto saludable. Esto parte del concepto de que las bacterias que están en el intestino pueden dividirse en dos grupos: aquellas que son beneficiosas para el huésped y las que son dañinas, prevaleciendo el concepto que los microbios del aparato digestivo pueden ejercer un rol importante en la salud.

Los efectos favorables de las bacterias intestinales incluyen estimulación del sistema inmune, reducción de síntomas molestos por la presencia excesiva de gases en el abdomen, mejor absorción de nutrientes esenciales, incluyendo las vitaminas. También colabora a mantener niveles saludables de colesterol y hasta provee mayor resistencia a contaminación por patógenos de los alimentos.

Los probióticos comprenden aquellos alimentos no digeribles pero sí fermentables, que afectan favorablemente al huésped al estimular selectivamente el crecimiento y la actividad de una o de un limitado número de bacterias que ya existen en el colon y que son beneficiosas para la salud, como el lactobacilo y bifidobacteria. Los oligosacáridos de la leche materna humana se consideran como el prototipo de probiótico pues facilitan el crecimiento preferente de bifido bacteria y del lactobacilo en el colon del recién nacido, alimentado exclusivamente por la madre. En la naturaleza, los probióticos se encuentran en frutas, vegetales, trigo, cebolla, ajo, achicoria y bananas.

Por su estructura química no se absorben en el intestino delgado, sino que son fermentados en el colon por las bacterias a energía y otros substratos siendo el ácido láctico y otros ácidos sus productos finales.

El mantenimiento del bienestar y de la salud depende de un adecuado balance entre aquellos que son beneficiosos para distintas funciones del organismo y los comensales de acción nociva. La composición de la flora fluctúa por ejemplo durante infecciones intercurrentes y con el tratamiento con antibióticos orales. También varias enfermedades influencian el nivel de bacterias presentes, como por ejemplo:

1) Síndrome de Intestino Irritable. Está asociado con aumento de la permeabilidad, modificación de la motilidad intestinal, hipersensibilidad visceral, colonización bacteriana alterada y manifestaciones extra intestinales como depresión o ansiedad. También se observa después de una infección intestinal (Campilobacter, Salmonella no tifoidea, y Escherichia Coli entero hemorrágica). Se lo denomina: Síndrome de Intestino Irritable post infeccioso.

2) Diarrea Infecciosa, Colitis aguda y enterocolitis ocurren frecuentemente luego de consumir alimentos o agua contaminada. Efectos beneficiosos se han observado en niños en estudios con cepas de L. casei que redujo la frecuencia y duración de la diarrea comparando con el consumo del tradicional yogurt.

3) Se encontró también utilidad de los probióticos Sacaromyces boulardi Lactobacilo acidófilo y bifidobacteria longum en la diarrea inducida por antibióticos.

4) En la enfermedad inflamatoria parecerían ser efectivos en mantener la remisión en pacientes con colitis ulcerativa, y en remisiones leves o moderadas de la enfermedad.

El concepto de los probióticos no es nuevo ya hace 100 años, Metchnicoff observó que algunas personas que vivían en una parte de Bulgaria y se alimentaban en forma regular con productos lácteos fermentados eran longevos. Recién en los últimos años estudios experimentales demuestran diversos mecanismos potenciales de acción para los probióticos, que incluyen interacciones con patógenos, producción de productos químicos que inhiben a otras bacterias o virus, inhibición de movimientos bacterianos a través de la pared del intestinal. También podrían producir otros químicos incluyendo neurotransmisores los que pueden modificar funciones intestinales como la motilidad y las sensaciones.

Los datos clínicos obtenidos en el momento actual se relacionarían con la infección, enfermedad inflamatoria del colon, y el síndrome de intestino irritable. En relación a los cuadros infecciosos hay estudios que demostrarían su efectividad en la diarrea inducida por rotavirus en la que acortaría su tiempo de evolución.

PREBIÓTICOS

Con este nombre nos referimos típicamente a ingredientes selectivamente fermentados y no digeribles o a sustancias que específicamente acompañan al crecimiento y/o la actividad de bacterias que promocionan la salud y que colonizan el tracto gastrointestinal.

El trillón de microorganismos que residen en el tracto gastrointestinal de los humanos y de otros mamíferos (flora intestinal), la mayoría de los cuales son bacterias, pero también hay hongos y protozoos, mantienen una relación simbiótica con su huésped formando parte en los procesos biológicos, como ser la utilización de nutrientes, la resistencia contra infecciones, la maduración del sistema inmune y metabolitos.

La idea de modificar la microflora humana para mejorar la salud ha sido propuesta hace más de un siglo y hoy forma parte de un espectro de posibilidades terapéuticas, desde transplantar una flora fecal microbiótica a introducir un microorganismo singular o un conjunto de dichos organismos (probióticos).

Otro aspecto importante es la provisión de sustancias de crecimiento para los microorganismos residentes en el colon para inducir cambios en su composición, y en su metabolismo, con lo cual incorporamos el concepto de PREBIÓTICOS. El concepto actual de prebiótico, como dijéramos, se refiere a ingredientes de los alimentos no digeribles o sustancias que pasan sin digerirse a través de la parte alta del tracto gastrointestinal y estimulan el crecimiento o la actividad de las bacterias que promueven la salud y que se encuentran colonizando el intestino grueso. Las bacterias que se consideran promotoras de la salud en la literatura prebiótica en general están referidas al género bifidobacterium y lactobacillus. Si bien los prebióticos actuales son carbohidratos el concepto de prebiótico no se limita a ellos. Hay evidencias que el beneficio terapéutico de tres moléculas farmacológicas como la ciclofosfamida, la metformina y la berberina que se encuentra en plantas, al menos en partes están mediadas por modulaciones de la microflora intestinal.

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