Recibí otro chiste buenísimo para compartir con ustedes, ¡que lo disfruten!

Un codicioso estaba hablando con Dios y le pregunta: – Dios, ¿Cuánto es para ti mil años?
Y Dios le contesta: – Un segundo.
El codicioso retruca: – ¿Y un millón de pesos?
Y Dios le contesta: – Un centavo.
Entonces el codicioso le dice: –¿Me das un centavo?
Y Dios le contesta: – Espérate un segundo.