La necesidad de mantener debidamente informada a la ciudadanía, obliga a los medios a publicar noticias dolorosas. Es su responsabilidad naturalmente confirmar que los datos que se publican provienen de fuentes responsables.
Basados en una información policial – que no debe ofrecer dudas – hemos informado del suicidio de una joven, lo que produjo una airada reacción por parte de algunos de sus familiares.
Informar es nuestra obligación. Lo hacemos sin intención de aumentar el padecimiento ni incurriendo en golpes bajos, indignos para gente de bien.

Un suicidio es siempre una tragedia. El suicidio de una persona joven alcanza una dimensión difícil de entender a propios y extraños.
Compartiendo el dolor de su familia hemos decidido retirar de nuestro diario digital lo que al respecto difundiéramos oportunamente; debemos sin embargo manifestar que indignarse con quien cumple con su deber de informar es equivalente a “matar al mensajero”. Comprendemos el dolor; no así las reacciones que provocara nuestra publicación.
Rodolfo Koval