Nuestra vida es una batalla constante. Nada es definitivo, ni el fracaso y ni el éxito. Es necesario que estemos empeñados en vencer la batalla todos los días. Y eso solamente será posible si confiamos totalmente en nosotros y en nuestro poder de alcanzar todas nuestras necesidades de victoria.
Hoy nuestra fe debe ser actuante, mañana igualmente y en los días que se sigan, también. Necesitamos confiar en nuestros valores todos los días y creer que nada impedirá nuestro éxito material y espiritual… Cada día que fallamos es un paso atrás en el propósito de alcanzar nuestros sueños.
El mayor problema es que muchos de nosotros enfrentan el acomodamiento; piensa que la satisfacción de hoy es suficiente para lo demás de su vida. La felicidad se alcanza con la prosperidad diaria, y eso sólo acontece cuando estamos en la presencia diaria de nuestras fortalezas y debilidades.
La vida nos arma celadas todos los días. Si sobrepasamos un obstáculo del camino, luego tendremos de sobrepasar otro mayor. Y así será nuestra rutina. Cada obstáculo podrá ser más difícil que el otro. Pero, nos debemos animar, porque las victorias también serán cada vez mayores.
No importa si los ratones engañosos que se nos presentan en la vida son más astutos a cada día. Nuestra ratonera siempre será capaz de vencerlos. Porque somos más que vencedores.
«Si fabricamos una mejor ratonera, la naturaleza creará un ratón más astuto».
Desde la ciudad de Campana (Buenos Aires) recibe un abrazo, y mi deseo que Dios te bendiga, te sonría y permita que prosperes en todo, y derrame sobre ti salud, amor, paz y mucha prosperidad .
Claudio Valerio
