Nobleza obliga, Intendente…

No tengo dudas, señor Intendente. Mañana, jueves, para usted es un día especial. En la recta final a las PASO, completando los 600 días de gestión, usted puede sentarse tranquilo a hablar de lo hecho. Como quien dice… hizo bien los deberes y eso no es poca cosa. Usted sabe que aun no teniendo un medio digital -desde mi Facebook personal, concretamente- he sido crítico a algunas cosas en estos 600 días. Por ejemplo, después de seis meses de remodelación y una elevada inversión, encontré en la plaza de Escobar muchos árboles con líquenes, barbas de viejo y otras de las vulgarmente (o mal) llamadas “parásitas”. Esa peste va secando árboles y se propaga afectando a otros. Lo publiqué y decenas de vecinos se expresaron en forma coincidente con el reclamo. Sé que tomó cartas directas en el asunto (primer punto a favor) y que mandó revisar todo lo hecho. Inclusive sé que reforzaron dosis y aplicaron otros productos.
Pocos meses después, a pesar del desagrado inicial, debo reconocer que la “puesta en valor” (más allá del “valor puesto”) fue una buena decisión remodelarla. Al menos así lo entendió la gente, que ahora la elige como un paseo. Y ni hablar en los días que organiza algún evento. Antes, para juntar esa gente, tenía que traer una figura nacional que costaba una fortuna y ahora lo consigue con una sesión de zumba y panqueques. Juro que lo suyo fue excelente. Los locales de esa esquina están trabajando más y encima las mesitas quedan preciosas en el adoquinado. Faltan algunos artistas plásticos locales y ya es toda una alternativa de domingo. Hasta poco tiempo atrás los feriados en esa zona eran insufribles. Desde esa visión realmente no sólo puso en valor a la plaza sino a la zona. Y que sea peatonal el domingo a la tarde no provoca más caos que una entrada o salida del colegio un día hábil. Sólo algún que otro embotellamiento en el semáforo de Tapia de Cruz y Belgrano pero superado ese nudo, los que estaban dando la vuelta al perro doblan por Belgrano y valoriza a esas dos cuadras como comercial. Lo mismo provoca en Edilfredo Ameghino. Cambiar el antiguo concepto de “calle principal” por el de “zona comercial” no es poca cosa para los dichosos 600 días.
Debo reconocer también que muchas veces a la noche, si tenía que cruzar la plaza desde María Pía hasta Rizzardi, prefería caminar más y hacer las dos cuadras por afuera. De ésto me di cuenta un par de noches atrás. Aprovechando el calorcito salí a caminar con el perro. Recorrí el par de cuadras que me separan de la plaza sin temor. Las calles estaban bien iluminadas y de pronto… allí estaba yo, paseando el perro por la plaza tranquilamente. Sabe lo qué eso significa para un vecino? Mucho más iluminada que antes, con luces de colores reforzando, decorando y gastando poco, porque son a led y están conectadas a energía solar propia. Me demoré frente a la fuente y me di cuenta lo que al principio me había molestado: ya no estaba la explanada donde mis hijos jugaron tantas veces. Se perdió el escenario de un recuerdo lindo… pero lo cierto es que la plaza está mejor y los árboles parecen curados… y ahí suma otro punto. Y como si fuera poco recordó mi preocupación y una mañana se arrimó a mi mesa en el café para contarme con orgullo cómo el problema estaba resuelto.
Entonces… nobleza obliga. Puede sentarse tranquilo a evaluar sus 600 días. Podremos criticarle algunos aspectos de su gestión, pero personalmente quedo agradecido de que exista una gestión para criticar. Como está la cosa, que exista gestión ya es todo un logro.
Muy buena editorial!!